Situación
ideal: No tienes nunca problemas con ningún vecino, pero… La misma cercanía, el
tener que compartir espacios comunes en el conjunto residencial o en el edificio
hace que tarde o temprano surja algún roce con la vecindad; lo ideal es averiguar
antes de mudarnos como es el barrio o el edificio y así, evitar llevarse
sorpresas pero, una vez más, esto es un tanto irreal.
Si
llegara a surgir alguna incidencia en la comunidad, al mantener comunicación,
ya podrás hablar respetuosamente y explicar abiertamente que algo que están haciendo
los "vecis" te afecta. #Respeto es la clave para el autocontrol, no olvidemos que
un insulto o un grito, luego no se pueden recoger y seguramente escalará en una
espiral de situaciones desagradables que no quieres en tu vida.
Es
positivo aspirar a ser alguien que influya en su entorno, procuremos que nuestro
efecto sea bueno. Seamos empáticos hacia las familias con hijos jóvenes o adolescentes
y si a pesar de todo llegas a recibir alguna agresión, no dudes en tomar las
acciones pertinentes: Hablar con padres o dueños de casa, administradores o
guardias. Ser respetuoso no implica ser tonto, significa ser claro y entregar
algo que se requiere recíprocamente: consideración.
Como
siempre, lo mejor es tener claras las reglas, deberes y responsabilidades, tus
derechos como inquilino o propietario en donde resides, los números de contacto
de las autoridades y ser respetuoso de esos estatutos, que nuestra casa sea un
lugar grato y ser reconocidos como buenos vecinos, de esta manera, si llega a
producirse algún incidente seguramente será algo aislado; finalmente aquel
problema si lo resolvemos con calma y respeto, pasará a ser intrascendente en
una larga historia de familia y amigos.
*María
Inés
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